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  • Foto del escritorSantiago Vega Lopina

Viajaremos, pero juntos.

Durante estos días en casa me gusta mucho leer y analizar todos los pronósticos sobre los posibles escenarios de cómo viajaremos una vez que haya pasado la tormenta del Covid-19.



Desde los controles sanitarios en los aeropuertos, aforos limitados en espacios públicos, la importancia que cobrará el factor sanitario hasta las nuevas modalidades de comercialización que serán necesarias para brindar esa seguridad perdida al turista, es decir, restablecer la confianza.


Pero hay algo claro, volveremos a viajar ✈️


De esto no cabe ninguna duda, el turismo es un valor que se ha ido afianzado a lo largo de los últimos años como una necesidad más allá de lo material, la población ha internalizado la importancia de lo que implica viajar y el valor que nos aporta como personas; por lo que una vez terminada esta crisis habrá miles de personas hambrientas de nuevas experiencias y ansiosas por hacer las maletas.


Sin embargo, en casi ningún análisis estoy leyendo que se mencione la condición sine qua non para que la población viaje: el poder adquisitivo 💲.


Lamentablemente millones de personas se están quedando sin empleo o se están viendo perjudicadas con una reducción de sus ingresos en todo el mundo, como he mencionado anteriormente las perdidas de empleos son enormes.

Especialistas hablan hoy de la mayor crisis económica desde la Segunda Guerra Mundial y dado el mundo global en el que vivimos, los efectos se propagan en tiempo real y nadie es capaz de poner una fecha de recuperación.

Según la Organización Mundial de Trabajo (OIT) el Covid-19 destruirá en todo el mundo, solo entre abril y junio de este año, 195 millones de puestos. Asimismo, confirmó que 4 de cada 5 trabajadores a nivel mundial ya está sufriendo las consecuencias de los confinamientos.


¿Como podemos esperar seguir vendiendo viajes a una población que quedarà sin empleo o con sus ingresos reducidos?


Esto no es comparable con la crisis financiera del 2008 por lo que no podemos hacer un paralelismo de como ha reaccionado el turismo en aquel entonces, estamos enfrentando a un enemigo invisible y los estudios más optimistas hablan de que la vacuna estará lista en un año como mínimo; tiempos nuevos requieren medidas extraordinarias.


Esto nos plantea un nuevo escenario, tendremos que conocer bien quienes son nuestros potenciales viajeros y cómo podemos seducirlos e invitarlos nuevamente a que sigan apostando al turismo, pero como sabemos, el bolsillo manda.

A pesar de que cada vez más el turismo se esté consolidando en algo casi esencial, para la mayor parte de la población no es un gasto vital, por lo que será de lo que primero prescindirán en tiempos de crisis.


¿Cómo serán los viajes durante este tiempo sin vacuna?


Si para ir al supermercado se requiere un protocolo de desinfección casi biológico... ¿se imaginan lo que puede llegar a ser viajar en un avión y transitar por un aeropuerto?


Ante esta situación se nos abre un sinfín de oportunidades:


🚘Viajes próximos y de corta duración.

💲 Estrategias de precios ¿promociones? ¿reducción de beneficios?

🏕️Turismo rural, mayor conexión con los espacios libres y la naturaleza.

Adiós a la anticipación, apuntemos más al ultimo momento.


Esto será al menos durante un primero tiempo. Lo razonable sería que una vez descubierta la vacuna los controles y el miedo se irán calmando, pero como sabemos siempre quedan las secuelas y el miedo social de que se repita esta situación; por lo que cambiaremos para siempre nuestra manera de viajar.


Pero es importante resaltar que sin recuperación económica tampoco habrá recuperación del turismo, la gran enseñanza que hoy estamos teniendo es que en este mundo tan hiperglobalizado lo que sucede en la otra punta del planeta me terminará afectando a mí. Los lazos económicos, sociales y tecnológicos que tenemos hoy en día hacen que no exista más “lo mío, lo tuyo”; las fronteras ya son algo demodé e inexistentes


📌Para concluir e irnos preparando para un nuevo mundo que nos deparará sin duda alguna múltiples desafíos les comparto un fragmento de lo que pensaba Albert Einstein de las crisis.


“Es en la crisis donde aflora lo mejor de cada uno, porque sin crisis todo viento es caricia. Hablar de crisis es promoverla, y callar en la crisis es exaltar el conformismo. En vez de esto, trabajemos duro. Acabemos de una vez con la única crisis amenazadora, que es la tragedia de no querer luchar por superarla."



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