Con esa frase describió Peter Cerdá, Vicepresidente Regional para América de la Asociación de Transporte Aéreo Internacional (IATA), a las nuevas restricciones que ha impuesto el gobierno argentino al reducir a 600 personas por día los viajeros (argentinos únicamente) que pueden ingresar a Argentina.
Peter Cerdá afirma que cada día 1400 argentinos son impedidos de regresar a su país y que si la medida oficial se prolonga, el país podría perder rutas aéreas por el retiro de incluso más compañías aéreas.
Además señala lo complejo que es para las aerolíneas operar con la aprobación de los vuelos cada 15 días, como en la actualidad se está manejando el trafico aéreo en aquel país.
Ya son varias las aerolíneas que expresan su preocupación por las dificultades que implica operar en Argentina.
Durante el 2020 LATAM y EMIRATES han dejado de operar en el país y en este año Turkish Airlines y Air New Zeland han anunciado lo mismo.
Recordemos que en la actualidad solo pueden entrar al país ciudadanos argentinos y residentes, quedando prohibido el ingreso de ciudadanos extranjeros con fines turísticos.
Además Peter Cerdá explicó que el país sudamericano es el único del mundo que impone un cupo diario de personas y que impide a sus propios ciudadanos que quieren viajar a su país. En la entrevista con Radio Continental Cerdá resalta que los protocolos sanitarios que implementa el país van en línea con otros países pero lo que señala es la arbitrariedad y la falta de coordinación con las aerolíneas en lo que respecta a las restricciones aéreas que impone el gobierno sin previo aviso. Con las decisiones que está tomando el gobierno argentino es difícil prever una recuperación del sector turístico, sobre todo si se sigue penalizando a las aerolíneas de esta manera. De seguir así Argentina corre el riesgo de ir perdiendo conectividad aérea y por ende perdiendo (aún más) la competitividad turística.